Fue el conductor de la Selección Argentina que ganó la Copa de Mundo de 1978, nueva camiseta argentina siendo el máximo goleador y mejor jugador del torneo. También ese mismo año sería considerado como el mejor jugador del mundo al ser simultáneamente premiado como el mejor Futbolista Sudamericano del Mundo por el diario venezolano El Mundo y como el mejor jugador en Europa al recibir el Once de Oro. Estuvo secundado por Irene Ferreras como entrenadora adjunta.