Tras el ostracismo sufrido bajo el F. C. Barcelona en los últimos tres años, donde los catalanes se alzaron con la mayoría de los títulos disputados, el club madridista contrató como entrenador a José Mourinho -uno de los pocos que consiguió frenar al club barcelonista- para formar un sólido proyecto, primero desde hacía años con el objetivo de recuperar el crédito perdido.