El Deportivo Obrero recibió una carta de otra entidad con cierto “interés en la incorporación” de algunos de sus niños, pero la respuesta no ha podido ser más contundente. No tenemos sindicatos. Durante las horas de trabajo hay una política de no usar el teléfono. Lo mandan a estudiar a los agustinos del Escorial donde pasa un frio del demonio que parecía emanar de las mismas piedras.